viernes, 14 de junio de 2013

LA ZUMAIANA LUCIA LACARRA

Lucía Lacarra, la bailarina que desafía el dolor, vuelve a la CND

  • La guipuzcoana es primera bailarina del Ballet de Munich
  • Actúa esta noche junto a su marido Marlon Dino y la CND
  • Bailarán 'La dama de las camelias' inédita en España
  • 'CND en Puntas', desde este viernes en el Teatro de la Zarzuela
  • Fotografía facilitada por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM) de la bailarina Lucía Lacarra
    Lucía Lacarra ha subido y bajado de sus puntas durante un año con un dedo del pie roto, y aunque ahora le duele cada vez que baila, la lesión la ha motivado "muchísimo" y disfruta "como una enana" en el escenario, como demostrará este viernes en Madrid en su vuelta, junto a su marido, Marlon Dino, a la CND.
    Lacarra (Zumaia, Guipúzcoa, 1975) estrena esta noche el programa de la Compañía Nacional de Danza (CND) "en Puntas's", en el que se utiliza ese elemento, vinculado históricamente a la danza clásica, como hilo conductor en registros y estilos muy distintos.
    Las piezas son "Who care's?", "Tres preludios", "Sonatas", que ya se incluyeron en su debut de marzo en el Teatro Real, y "Herman Scherman" y "La dama de las camelias" con Lacarra, primera bailarina del Ballet de Munich, y su marido, el albanés Marlon Dino, bailarín principal de esa misma compañía, como estrellas invitadas
    "Cuando estuvimos en marzo, José Carlos -Martínez, director de la CND- quería que bailáramos además de 'Sonatas', 'Tres preludios' pero la maestra que se ocupaba de esta última no podía estar en España y decidimos añadir 'El cisne blanco'", cuenta Lacarra en una entrevista con Efe.
    Ahora, la idea era que Lacarra y Dino bailaran "Sonatas" y "Tres prleudios" pero a Martínez le pareció mejor que ellos se ocuparan de la segunda y de una pieza que acaban de bailar en Japón con un gran éxito y que nunca se ha visto en España, "La dama de las camelias".

    La dama de las camelias, con música de Chopin

    "Tres preludios", de Ben Stevenson, con música de Rachmaninoff, es "la pureza académica, con pasos muy limpios y sin añadir decoración alguna", una pequeña historia con estética "muy Degas" sobre una pareja que se encuentra en una sala de ensayos y según avanza su relación se complica su danza, con "portés" y lanzamientos.
    "La dama de las camelias", de John Neumeier, con música de Chopin, es "todo lo contrario", "el dramón en estado puro".
    Lacarra y Dino bailan el paso a dos del tercer acto, en el que ella ya sabe que se está muriendo y realiza su último deseo de visitar a su amante, por el que siente pasión pero también odio y que expresa con pasos muy complicados.
    Su "secreto" para memorizar semejante colección de movimientos y piezas distintas es, presume, una "increíble memoria", tanta que cuando la maestra repetidora viajó a Munich para enseñarles "Tres preludios" ya se sabía todos los pasos a base de verlos en un vídeo, lo mismo que hizo nada menos que con "Romeo y Julieta" en Nápoles. "No me gusta llegar al estudio a aprenderme los pasos sino a trabajarlos", afirma.
    Dice que ser bailarina es "muy doloroso" aunque ella no puede "quejarse" porque su primera lesión, la rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla en plena actuación, fue hace 5 años

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