jueves, 6 de diciembre de 2012

LOS DOS GRANDES DEL BODYBOARDERS DE ZUMAIA


Atención, zona de bodyboarders

Los zumaiarras Alex Uranga y Alex Odriozola son los nombres propios del bodyboard vasco

Alex Uranga y Alex Odriozola posan para
este periódico con sus corchos en Zumaia. (Ruben Plaza)
N.G.Zumaia, tierra de bodyboarders. Este debería ser un cartel que presidiese la entrada a Zumaia. El pueblo guipuzcoano es un hervidero de grandes deportistas del agua, y los bodyboarders presiden el podio de los más relevantes. Alex Uranga y Alex Odriozola son, a día de hoy, las dos grandes atracciones de esta modalidad, y, además de en el nombre, coinciden en su localidad natal. No es casualidad que Zumaia sea la cuna de los mejores bodyboarders. "Los que somos de aquí no nos movemos mucho, tenemos la suerte de convivir con una de las mejores olas de Euskal Herria para el body. Hay muy buenas condiciones y referentes en los que nos hemos apoyado muchísimo", comenta Alex Uranga. Esas buenas condiciones han sido la llamada para todos los aficionados al body, por lo que han proliferado las figuras del body sobre el surf en las olas de la playa de Zumaia. Ahora es Alex Uranga quien se ha convertido en ese espejo en el que los más jóvenes zumaiarras, y todos los vascos aficionados al body, se miran con el sueño de llegar a convertirse en ejemplo para otras generaciones. Un joven de 23 años que compite en el Top 21 del Circuito Mundial junto a los mejores del mundo, y que tiene en su palmarés grandes logros como el primer puesto logrado en Isla Reunión. Aun así sigue siendo el mismo. "No se puede decir que sea referente, ni guía de nadie. Yo no me veo así. Soy muy joven y un principiante aún", comenta. No sabemos si será guía de todos, pero lo que es seguro es que un admirador suyo viene pegando fuerte. Alex Odriozola, con 18 años recién cumplidos, asoma la cabeza entre las olas y llama a la puerta como la gran promesa que es. Apoyado en su ídolo, crece a pasos agigantados. "Alex es un espectáculo, no le tiene miedo a nada. Aprendo continuamente de él. Además me ayuda mucho y nos motiva continuamente, nos corrige los fallos...", comenta el joven Alex Odriozola. Los dos acaban de llegar de competir en Marruecos en la última prueba del circuito europeo. Campeonato del que tienen gran responsabilidad. Fue el Ayuntamiento de Zumaia, el club Ikete y, sobre todo, Uranga quienes impulsaron el renacimiento del circuito europeo después de dos años de parón. El Tour, además de la prueba marroquí, cuenta con la presencia de Sintra como gran aliciente, ya que es una prueba originaria del circuito mundial. Pero la guinda del pastel fue la prueba de Zumaia. "Fue una fiesta para el pueblo, y además resultó un éxito. Las olas nos acompañaron, y la gente se volcó. Ni en el mejor campeonato mundial había visto a tanto público en la entrega de premios", cuenta un orgulloso Uranga. Los dos bodyboarders zumaiarras compitieron entre sí en este campeonato, y los dos volvieron con sabor agridulce de su aventura africana. El pequeño, a pesar de ser principiante, aspira alto, y su sexta posición en aguas africanas le supo a poco. "No hubo muchas olas, pero no hice tampoco una mala manga. El problema es que el contrario hizo una combinación de 19 puntos, que es una barbaridad", comenta Odriozola. Su estreno ha sido esperanzador, y su quinta posición en la general deja a la claras su progresión. A comienzos de año nadie contaba con él, y su eclosión ha dado mucho de que hablar. "Tiene mucho talento y coge muy rápido las técnicas de las maniobras. Si sigue así, en un par de años estará en el mundial haciendo buenos resultados", alaba su compañero. "No me esperaba todo esto a comienzos de año. La progresión de los dos años anteriores fue más constante, pero ahora todo ha sido muy rápido". Su mayor logro fue el Campeonato de Europa en Francia. Lacanau acogía el la competición, con Francia y Portugal como grandes favoritos. Pero ahí, ante los ojos del mundo del bodyboard, el joven guipuzcoano deleitó a todos logrando el primer puesto. "Fue una sensación indescriptible. Cuando sales del agua y te levantan a hombros...", narra emocionado. Entre los dos hay una conexión diferente: además de ser rivales en el agua, se muestran orgullosos en cuanto se nombran. Un feeling que les ha llevado a encontrarse en las aguas europeas, pero pronto puede que sus caminos se crucen en el Mundial. Desde luego, Odriozola está demostrando que tiene capacidad para asumir el reto, y Uranga sigue consolidándose entre los mejores. Así como el más pequeño ya puede descansar después de una larga temporada, Uranga tiene ahora una cita marcada en su calendario. Las Islas Canarias acogen la última prueba del circuito mundial, del que el zumaiarra no quiere bajarse. "El objetivo sigue siendo claro y sencillo. Mantenerme. Al principio dudaba si daría la talla, pero me estoy manteniendo constante. Tengo que serlo, creo que puedo lograrlo". Ha sido un año muy cargado para ellos, pero ya miran lo que viene por delante. modo de vida La ola como profesión La vida del surfista siempre se ha visto con envidia desde fuera. Viajes paradisíacos, buen tiempo, buen rollo y muchos jóvenes. Pero la realidad es que es un hobbie hecho profesión con el trabajo que conlleva. "Hay días buenos y días muy malos. Hay días que estás muy lejos de casa, que te amargas porque desde el momento en el que has llegado no te sale nada y queda un mes y medio por delante. Hace falta que te guste de verdad para poder dedicarte a ello", comenta Uranga. Un sueño de muchos que los dos Alex han cumplido aunque no puedan vivir de forma estable. "Mi vida no ha cambiado mucho en lo que va de año. No tengo un sponsor potente que me financie de alguna manera. Sí tengo material, pero en el tema económico está muy complicado", cuenta el más joven. Pero es que Odriozola, además de viajar con su corcho por Europa, debe ir al instituto. Se pasa las mañanas estudiando, y las tardes en el agua preparándose para su próxima prueba. El problema llega cuando hay que salir a competir. "Suelo pedir que me dejen faltar, pero ya he superado el cupo de faltas que están permitidas. Así que ahora, a no fallar ningún día", cuenta entre risas. Alex Uranga, de alguna forma, tiene ahora un terreno más llano, pero también ha tenido que pasar por el camino de piedras que recorre su compañero en la actualidad. Confiesa disfrutar como el que más, "todo el día surfeando y disfrutando", pero económicamente también sufre la coyuntura actual. "Soy feliz con esta vida, pero este año no ha sido el mejor. Las diputaciones y las ayudas para los deportistas de elite no han sido todo lo generosas que esperaba". Eso no quita para que ambos coincidan en resaltar la tranquilidad que tienen en el agua, y no consiguen describir la sensación de hacer una buena ola. "Una buena ola no es comparable con ninguna otra sensación", zanjan las dos grandes promesas.

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