Lucía Lacarra regresa al Real con la CDN
Lucía Lacarra y su marido, Marlon Dino, Bailarines Principales del Ballet de la Ópera de Munich, bailando 'El Cisne Blanco'. ::M. LOGVINOV |
Interpretará 'El Cisne Blanco' y 'Sonatas' en
una gala para presentar la sección clásica de la compañía
SU PERFIL
Zumaia vio nacer a Lucía Lacarra el 24 de marzo de 1975.
Formación: Estudio de Danza 'Thalia' (Donostia) con Mentxu Medel y
Escuela de Danza de Víctor Ullate (Madrid).
Compañías: Ballet de Víctor Ullate (1990-1994), Ballet Nacional de
Marsella (1994-1997), San Francisco Ballet (1997-2002), Ballet de la Ópera de
Munich, desde 2002.
Galardones: Premio 'Danza&Danza' (1995), Premio Positano
(1995), Premio Isadora Duncan (1999), Premio Nijinsky (2002), Premio Benois de
la Danse (2003) -óscar de la danza-, Premio Sabino Arana (2004), Premio Nacional
de Danza (2005), Premio Trayectoria Artística de Gipuzkoa (2009), Gran Premio
'Dance Open' (2010), Premio del Público 'Dance Open' (2011).
Nombramientos:'Bayerisches Kämmertanzerin' (Bailarina de Cámara de
Baviera), en 2008 y 'Bailarina de la Década' (Moscú), en 2010.
Hito: Primera bailarina española invitada a participar en el
Concierto de Año Nuevo de Viena (2007), dirigido por Zubin Mehta, siendo también
la primera artista en bailar en directo el vals 'El Danubio azul', desde el
palacio de Schönbrunn. La emisión por el canal internacional de la ORT contó con
una audiencia estimada en cien millones de televidentes de 60 países.
D.V.Trece años han transcurrido desde la primera y única ocasión en la
que Lucía Lacarra (Zumaia, 1975), Bailarina Principal del Ballet de la Ópera de
Munich, actuó en el Teatro Real de Madrid. Hoy participa en la gala de
presentación de la sección clásica de la Compañía Nacional de Danza (CND), que
tendrá lugar en el coliseo madrileño bajo la presidencia de doña Sofía. «Esta
invitación supone muchísimo para mí: es la primera vez que voy a actuar con la
CND, y estoy encantada de participar en este momento de reincorporación de un
estilo más clásico al repertorio de la compañía. Me parece una iniciativa
fantástica por parte de José Carlos Martínez. He actuado sólo una vez en el
Teatro Real, pero tengo un recuerdo maravilloso y muchísimas ganas de volver a
bailar allí. En los años en los que trabajé con Víctor Ullate en Madrid, el
teatro estaba cerrado por renovación, y nunca puede siquiera visitarlo», asegura
la intérprete guipuzcoana.
El objetivo del espectáculo es el debut en sociedad del apartado
clásico creado en el seno de la CND, acorde al plan maestro presentado por José
Carlos Martínez (Cartagena, 1969), cuando fue seleccionado en 2011 para dirigir
el rumbo de la formación liderada por Nacho Duato durante dos décadas. «La CND
debe ofrecer espectáculos diferentes que abarquen el clásico, neoclásico y
contemporáneo. No he querido diferenciar o hacer dos compañías; hemos puesto la
coletilla de 'clásica' para que el público entendiera qué es. La CND clásica es
un nuevo proyecto para ampliar nuestros registros y que tenga la identidad que
toda compañía nacional debe tener. Se trata de un grupo de 22 bailarines dentro
de la CND, con el que se puede hacer piezas con el vocabulario clásico en el que
se han formado», explica Martínez.
El programa de la gala inaugural de la CND clásica hace guiños a
épocas pasadas de la compañía como la etapa en la que se denominaba Ballet
Nacional de España Clásico (1979-1990), y el período de Nacho Duato (1990-2010).
«Se trata de ver hasta dónde hemos llegado y abrir un puente hacia el futuro,
sin rupturas con el pasado. Por eso, he querido que esté el 'Cisne Blanco' de
Ray Barra, porque el 2º acto de 'El lago de los cisnes' se bailó en el Ballet
Nacional de España Clásico. También está representado el trabajo de después,
aunque no podemos bailar obras de Nacho Duato, pero sí el 'Holberg Suite' que
Tony Fabre creó para la CND 2, en la frontera entre neoclásico y contemporáneo.
Balanchine porque es uno de los grandes coreógrafos y su pieza 'Who cares?' es
una obra maestra, por lo tanto, mi deber es programarla», expone el director de
la formación. La versión de Ray Barra del 'Cisne Blanco' será la primera
intervención en la velada de Lucía Lacarra, encarnando a la sufrida Odette. «El
rol de Odette es muy difícil, sobre todo, por la pureza de la coreografía, que
se debe realizar con una suavidad y fluidez de movimiento que requieren mucho
control. Todo esto sin olvidar la importancia del movimiento ininterrumpido de
los brazos, que deben imitar al de las alas de un cisne. Siempre me he sentido
atraída por el lado interpretativo de la danza. Me apasiona encarnar roles
complejos que tengan un reto artístico, introducirme dentro de la piel de un
personaje aportándole mis verdaderas emociones. En ese sentido, el rol de Odette
es maravilloso: un alma de mujer encerrada dentro del cuerpo de un cisne y que
sufre por un amor imposible», confiesa la bailarina vasca.
«Un gusto trabajar con ellos»
Para preparar su segunda intervención en la gala y el cierre de la
misma, José Carlos Martínez, en calidad de coreógrafo, se desplazó a Munich tres
días para montar 'Sonatas' con Lacarra y su partenaire. «Ha sido un gusto
trabajar con ellos. Son unos profesionales como la copa de un pino. Se habían
aprendido antes todo lo que podían a través de video. Fue muy interesante para
mí, ya que he podido modificar parte de la coreografía para ellos», comenta el
director. «Es una pieza académica, con vocabulario clásico, un divertimento, una
coreografía a medida creada para los bailarines que tengo, una pieza coral y no
existe mayor pretensión coreográfica; no busco innovar en nada», subraya. Por su
parte, Lucía Lacarra explica que «es una obra creada sobre una mezcla de las
'Sonatas' del Padre Soler y de Scarlatti. Es una coreografía muy fluida, con
momentos tanto virtuosos como líricos, y que pone en valor a todos los
bailarines de la CND. Nosotros participamos en varios momentos. Tenemos un
pasaje rápido, en la primera sonata, solos, un precioso paso a dos lírico y el
final con todos los bailarines». En esta obra, participa como invitada la
pianista Rosa Torres-Pardo, quien también intervendrá en la primera pieza de la
noche: 'Tres preludios', con coreografía de Ben Stevenson, «es un paso a dos
neoclásico; se trata de una historia de amor dentro de un estudio de danza, una
pieza muy bonita para dar una imagen al comenzar el espectáculo: dos bailarines
haciendo barra y ahí se ve el trabajo cotidiano del bailarín», desvela
Martínez.
Halagos mutuos
La mutua admiración y amistad entre Lucía Lacarra y José Carlos
Martínez, anteriormente Bailarín Estrella del Ballet de la Ópera de París, viene
de lejos y se percibe durante toda la conversación. «Conozco a Lucía desde hace
mucho tiempo. Es el prototipo de bailarina clásica. He bailado con ella el
'Cisne Blanco' o la 'Carmen' de Roland Petit. Lucía es alguien que vuela cuando
anda. Verla bailar es mágico; instaura alrededor un aura especial. Cuando el
espectador ve bailar a Lucía, se para el tiempo. Por eso quería que ella
estuviera en 'Sonatas', en las que hay energía, dinámica y ese momento mágico
que pone ella. Al pensar en invitar a alguien, no quería que fuera alguien que
sólo viniera a bailar un paso a dos y no tocara el repertorio de la compañía. He
hablado con otros bailarines españoles como Tamara Rojo, Alicia Amatriain,
Joaquín de Luz o Zenaida Yanowsky, y tengo en mente contactar con más. Todo
depende del repertorio y me hubiera gustado contar con más de un bailarín
español invitado en esta ocasión», confiesa el responsable de la CND.
«Como bailarín, José Carlos siempre ha tenido una fluidez y claridad
de movimientos únicos, y eso se refleja también en sus coreografías. Su estilo
es orgánico y fluido, y verdaderamente un placer para bailar. Además tiene una
gran sensibilidad y se atreve a contar una historia con sus pasos. Aparte de una
estrella de la danza, José Carlos es un ser humano maravilloso y es un gozo el
trabajar con él. Le apasiona su trabajo y está muy atento a los detalles, pero
siempre de forma motivadora y positiva», revela Lacarra.
Para esta importante cita en el Teatro Real, la intérprete zumaiarra
contará con el apoyo de su marido, Marlon Dino, como pareja. «A través de horas
de trabajo, dos personas pueden conseguir bailar bien juntos. Pero cuando existe
una complicidad natural, lo que dos personas pueden crear en un escenario va más
allá de los simples pasos. Con Marlon tengo una confianza ciega, y me puedo
dejar llevar con total libertad. Nos sentimos sin necesidad de mirarnos y nos
fundimos en un simple movimiento. Y al conocernos tan bien, nos exigimos también
mucho más el uno del otro. Y emocionalmente, podemos llegar mucho más lejos»,
confiesa la bailarina, quien también apunta su intención de mantener una
estrecha colaboración con la CND, compaginándolo con su trabajo en la Ópera de
Munich. A punto de cumplir 38 años, Lucía Lacarra se siente «en un momento
maravilloso y sobre todo, satisfecha y totalmente realizada, tanto con todo lo
que he hecho hasta ahora como de mis proyectos futuros. Con todos mis años de
experiencia, en varias compañías y países, he aprendido que no hay necesidad de
dar nombres a la danza (clásico, neoclásico, contemporáneo.). Estoy en un teatro
donde en una misma noche puedo pasar de bailar 'Broken fall' de Russell
Maliphant, descalza y con rodilleras, a bailar seguidamente 'Choreartium' de
Léonide Massine, con puntas y vestido largo. Y dos días más tarde interpretar
'La bayadera' o 'La dama de las camelias'. Me considero una bailarina
polifacética, y espero poder tener pronto la posibilidad de mostrar esas facetas
también fuera de mi teatro. No tengo ni sueños ni espinas; lo que tengo es un
trabajo que me apasiona y que intento hacer lo mejor que puedo cada día».
Al Kursaal en diciembre
José Carlos Martínez también se encuentra satisfecho con sus dos
temporadas al frente de la CND, aunque aún no haya fecha para una producción
completa de ballet que tanto reclaman los aficionados al clásico. «Para mí, es
una victoria muy importante haber llegado hasta este espectáculo, que se empezó
a fraguar hace apenas seis meses. Las cosas van cambiando. Tenemos 17 nuevos
bailarines en la CND y se empieza a ver resultados. Existe una dualidad entre
público de clásico y de contemporáneo. El espectador de clásico dice que
seguimos haciendo lo mismo y el de contemporáneo se pone 'nerviosillo' cuando se
traen piezas clásicas. Me interesa aumentar el número de espectadores, que la
gente lo vea. Nuestro primer lema fue 'ven a vernos bailar', para la siguiente
temporada queremos usar 'ven a bailar con nosotros' y luego llegará 'ven a ver
lo que quieras vernos bailar'». Y en esa línea, el director anuncia en primicia
para El Diario Vasco que la CND actuará en el Auditorio del Kursaal el próximo
mes de diciembre.
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