sábado, 9 de junio de 2012

ES UN ENFERMO PERO HAY VECES QUE SE HACE PARA OLVIDAR

«El alcoholismo es la única enfermedad que se puede parar con solo dejar de
Alcohólicos Anónimos cumple 77 años de existencia y desde hace 27 cuenta con grupo en Zumaia
Este domingo se cumplen 77 años de la creación de Alcohólicos Anónimos (AA). Asociación que se ha extendido por todo el mundo y que desde hace 27 años cuenta con un grupo en Zumaia, bautizada con el nombre de 'Arritokieta'. Sus miembros se reúnen los martes a las 20:00 y los sábados a las 19:00 en los locales que disponen junto a la inspección de la Guardia Municipal.
El grupo consta actualmente de unas 15 personas, aunque ha habido reuniones a las que han acudido 20 o 22 personas. Una pequeña cantidad, toda vez que, según los datos que manejan, basándose en la media estatal, el número de personas que sufra esta enfermedad en Zumaia puede superar los 300.
Sus miembros, que mantienen el anonimato, recalcan que el alcoholismo es una enfermedad y que aunque el grado de concienciación se ha incrementado en los últimos años («La postura adoptada por entidades como Osakidetza ha ayudado mucho en ello»), existen aún muchos tabúes difíciles de eliminar.
«Existe la creencia que el alcohólico es el borracho que va tambaleándose, un 'vicioso'. Pero no es así; existen alcohólicos de todas las condiciones», afirma uno de los integrantes. «No por emborracharse es uno un alcohólico. No tiene nada que ver con la cantidad y la calidad de bebida que se consuma. En mi caso, nunca me he emborrachado, pero bastaba que tomara un vaso para que se me cambiara el chip», confiesa otro. «Alcohólico es también aquel que necesita beber para desarrollar cualquier actividad del día», remacha otro.
Mencionan que es el propio enfermo quien tiene que dar el paso, «de otra manera pondría una barrera. Es difícil reconocer que es alcohólico, pero si da el paso, si reconoce su enfermedad, iríamos a buscarlo». Para ello pueden llamar al 629141874. «Si no desean acudir a las reuniones de su propio pueblo, existe la posibilidad de participar en la de otros pueblos. AA cuenta con grupos en 39 localidades en la provincia.
Se reúnen dos veces a la semana. «Comenzamos con literatura y posteriormente contamos nuestra experiencia, que puede ser valida para los compañeros. No tienen que hacer lo mismo, pero puede que les sirva como un camino a seguir».
Creen que muchas personas que sufren de esta dolencia no dan el paso de acudir a las reuniones por un sentimiento de vergüenza «o por el qué dirán. Creen que por verles cruzar esta puerta la gente comenzará a murmurar». «Lo hemos visto en las charlas a las que hemos sido invitados, a donde han acudido muy pocas personas. Se piensan que solo por recibir información sobre el tema van a ser vistos como alcohólicos».
Miembros de AA han tomado parte estos en diversas charlas. «Nosotros no organizamos reuniones, pero si nos convocan acudimos. No somos una liga antialcohol, no creemos que la prohibición sea la solución, ni nos ocupamos de la prevención. Contamos nuestra experiencia, que les puede ser válida».
En ese sentido, tomaron parte hace unos meses en una charla con jóvenes escolares. «Es cierto que comienzan a consumir alcohol antes; lo vemos en las calles. A la charla acudieron jóvenes de 15-16 años. Estaban muy interesados».
Uno de los miembros quería subrayar el aspecto positivo y no centrarse en lo negativo: «Dando el paso y acudiendo a las reuniones, aprendemos a vivir. Primero aprendemos a no beber, y a partir de ahí a vivir». Un compañero recuerda que «el alcoholismo es la única enfermedad que se puede parar, no curar. Basta con dejar de beber. No se puede decir lo mismo de otras enfermedades».  


 

 

 

 

 

1 comentario:

  1. Hay que saber beber...y hay que saber dejarlo. Así de simple. Quien no sabe beber, no puede dejar. Quien obra mal de sano, lo hará peor de borracho.
    No existen excusas.

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