Según indicaron por radio, una de las velas se había roto o no podían controlarla y pese a contar con un motor fueraborda el fuerte viento que soplaba ayer en el litoral les arrastraba irremediablemente hacia las roca
También en el puerto guipuzcoano de Zumaia Salvamento Marítimo tuvo que rescatar a otro velero desarbolado con tres tripulantes a bordo al que se le había roto el palo, una de las averías más graves que puede sufrir una de estas embarcaciones. El barco fue escoltado hasta el puerto de Zumaia y sus ocupantes resultaron ilesosLa previsión meteorológica para hoy mantiene el aviso amarillo por riesgo marítimo costero, de tres de la tarde a doce de la noche. Se esperan olas de más de 3,5 metros de altura y la mar de fondo levantará olas de 2 a 2,5 metros.
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Salvamento Marítimo y Cruz Roja del Mar rescataron ayer a un pequeño velero que se encontraba a la deriva con dos tripulantes frente a la costa de Sopelana. Según indicaron por radio mediante un mensaje de socorro los dos hombres que navegaban en el barco, una de las velas se había roto o no podían controlarla y pese a contar con un motor fueraborda el fuerte viento que soplaba ayer en el litoral les arrastraba irremediablemente hacia las rocas. La embarcación, de seis metros de eslora, avanzaba «sin gobierno» en medio de una mar picada, según explicó un portavoz de Salvamento Marítimo.
El suceso ocurrió alrededor de las cuatro de la tarde. Para esa hora, entre las dos y las seis de la tarde, la Dirección de Atención de Emergencias del Gobierno vasco había activado la alerta amarilla por vientos de hasta 60 kilómetros por hora. La entrada de un frente frío del Noroeste desencadenó un cambio súbito del viento, que en la costa se tradujo entre 40 y 45 nudos, unos 70 o 75 kilómetros por hora.
En buen estado
Ante a solicitud de asistencia de los tripulantes en apuros, Salvamento Marítimo movilizó la Salvamar 'Alcyone', con base en Santurtzi. También se desplazó al lugar una lancha rápida de Cruz Roja de Getxo, la 'Arriluce IV', que fue la primera en llegar a la altura del velero y colocarse a su costado. Los dos ocupantes se encontraban nerviosos, aunque no habían sufrido ninguna lesión. Ambos se habían colocado los chalecos salvavidas ante la posibilidad de que el velero se desarbolara y ellos acabaran en el agua. Finalmente, la Salvamar remolcó el barco hasta el puerto de Santurtzi, adonde los tripulantes llegaron en buen estado
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