En noviembre formó a nativos en Bangassour y ahora se marcha a un nuevo proyecto en Camerún con la ONG Zerca y Lejos. Este médico y dentista recién jubilado viaja hoy al sur de Camerún para aportar su experiencia en un proyecto bucodental con los pigmeos
Enrique Leizola se marcha hoy al sur de Camerún, a colaborar en un proyecto bucodental con la ONG Zerca y Lejos. Médico con amplia formación, ha trabajado como psiquiatra en Madrid, como dentista en Zumaia y los últimos 27 años -hasta su jubilación hace un año-, como médico de urgencias en Azpeitia. A sus 66 años, Enrique se siente con fuerza y capacidad para seguir ayudando. En noviembre del pasado año estuvo en la República Centroafricana, en Bangassour, desde donde vino totalmente prendado, y ahora se marcha en principio para mes y medio para colaborar con la ONG Zerca y Lejos, convencido de que en los países subdesarrollados lo que hace falta es formar al nativo, enseñar.
En la conversación mantenida con Leizaola esta misma semana subraya que la experiencia de Bangassour superó todas sus expectativas, tanto por la dureza física y emocional, como por la satisfacción de aplicar su enseñanza profesional a la solidaridad con las regiones subdesarrolladas «Lo mío fue una casualidad. Conocí el obispo de Bangassour, al cordobés Juan José Agirre en una visita que realizó a Zarautz invitado por Mikel Mendizabal. Me causo muy buena vibración; hablamos de mi trayectoria profesional, del modelo de odontología integral para gente joven, de la educación sanitaria bucal, de las necesidades de Bangassour...; me convenció y me presente meses después en Bangassour con 800 cepillos de dientes en la maleta, iniciando un programa para enseñar a formar a los nativos. No vale que tú trabajes, tienen que hacerlo ellos. Yo no atendí a nadie, pero formé una célula de dentistas, que puede ser el germen para ir formando a más gente. Allí no hay asistencia sanitaria, no hay médicos, ni dentistas, ni enfermeras, ni nada».
Enrique Leizaola (a la derecha), con Mikel Mendizabal, este pasado lunes en Zarautz. :: ETXEBERRIA |
Y ahora se enfrasca en un nuevo proyecto. Vuela hoy mismo de Madrid a Bélgica y con la compañía belga hasta Camerún. «La ONG Zerca y Lejos precisaba odontólogos para la zona de Bengbis, al sur de Camerún, en la frontera con Gabón. «Hay que incidir en la educación sanitaria; hacen falta voluntarios para enseñarles. En principio me voy para mes y medio, pero si puedo me quedaré tres meses», señalaba pocas horas antes de su marcha.
Enrique Leizaola, bilbaíno de nacimiento pero vecino de Zarautz desde hace muchos años, reconoce que siempre ha sido un antiviajero, hasta conocer Bangassour. «La pobreza material es total pero África te transforma, cambia tu percepción de la vida. Es pura supervivencia. La experiencia fue inolvidable».
En Camerún trabajará con los pigmeos, una raza marginal, en riesgo de exclusión social. «Ten en cuenta que en todo Camerún no hay más que 160 dentistas, todos ellos formados en el extranjero (en Francia y Nigeria); sacarse un diente cuesta una fortuna y se trata de preparar a la gente».
Pese a las reticencias de su familia, Enrique viaja convencido. «Hace unos meses no hubiera dicho esto, pero tras la experiencia de Bangassour, me voy encantado y convencido de que tenemos que ayudar. Todo el mundo debería conocer África. Allí, viendo a la gente que no tiene nada, no te duele nada, no pasas hambre...».
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