LA CRISIS TAMBIEN ENTRA FUERTE EN ZUMAIA

«El haber entrado en el sector inmobiliario ha traído consigo que la crisis nos alcance de lleno»

El primer edil se encargará de la gerencia de la sociedad Zumaia Lantzen tras la dimisión del actual gerente

Iñaki Agirrezabalaga, alcalde zumaiarra. :: ROMATET

Más que por cuestiones urbanísticas, la sociedad instrumental Zumaia Lantzen es noticia por sus dificultades económicas: la sociedad está en un impasse por su falta de liquidez y acumulación de deudas. A ello se une ahora la dimisión «por razones personales» del gerente. El alcalde Iñaki Agirrezabalaga se encargará por el momento de la gerencia de la sociedad hasta que se tome una decisión sobre el futuro de Zumaia Lantzen.

-¿En qué estado se encuentra Zumaia Lantzen?

-Se mantiene igual en cuanto a la actividad y a las deudas. El sector urbanístico se halla en situación de crisis y no se le ha encargado ningún trabajo nuevo.

-¿A que se debe este impasse? ¿A las deudas contraídas?

-No solo eso. Lo que aqueja a la sociedad es la falta de liquidez. En su momento el Ayuntamiento le prestó dinero, pero es algo que no podemos repetir. Hemos buscado financiación externa, y aunque hemos logrado algo, la suma es inferior a la requerida. Teniendo en cuenta esto, y ante el descenso de actividad, nos hemos embarcado en una reflexión para estudiar cómo gestionar la sociedad de la mejor manera. Teníamos un par de opciones, pero la dimisión por razones personales del gerente Eduardo Vicente ha acelerado el proceso.

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¿A cuanto ascienden las deudas de Zumaia Lantzen?

-Actualmente debe un millon de euros a Bankoa y otro millón y medio al Ayuntamiento. También existen deudas a proveedores de Odieta que iremos pagando cada mes.

-La situación de Zumaia Lantzen parece ser el reflejo de la situación de crisis que vivimos. ¿Cómo ha llegado a esta situación?

-Principalmente por la falta de liquidez. No podemos decir que la sociedad se halle en situación de quiebra, ya que cuenta con los suficientes activos. Si se cumplieran todos los compromisos recogidos en el plan de actividades terminaríamos el cuatrienio a la par o incluso con beneficios. Pero ahora mismo no tenemos dinero. Se prevén una serie de ingresos unidos a una actividad privada (la promoción de Torreaga), y mientras no se desarrolle aquella, mientras no se plasmen esos ingresos, no podremos encarar otros proyectos urbanísticos.

-¿Será la sociedad capaz de devolver lo que adeuda?

-No será fácil. Habremos recorrido una decena de entidades bancarias, y lo que hemos logrado es inferior a lo necesitado. Lo dicho, prevemos tener unos ingresos de dinero, pero con esta situación de crisis nadie sabe si se cumplirán los plazos previstos o se tendrán que prorrogar.

-Han redactado un plan de actividades para los cuatro próximos años. ¿Se ven capaces de cumplirlo?

-Dependerá de la situación económica. Los números dicen que sí, pero dependerá de si hay ingresos o no.

-¿No es peligroso depender de tal manera de un ingreso puntual?

-Es algo que viene de lejos y que en su momento se plasmó así. Conociendo que venían malos tiempos tratamos de adecuarlo para dar facilidades para su cumplimiento. Pero se ve que no salimos del agujero. Lo ideal sería no depender de un convenio urbanístico, pero dado que ya está firmado.

-A los problemas que aquejan a Zumaia Lantzen se le une ahora el abandono del gerente.

-Sabiendo que la actividad se había reducido, estudiábamos asumir las labores de gerencia desde el mismo Ayuntamiento. Pero tras el anuncio de su dimisión, las cosas se han acelerado. Hemos decidido que por ahora será el propio Ayuntamiento quien tome las riendas de la sociedad, con la ayuda de los técnicos municipales. Ahora deberemos estudiar qué consecuencias tiene para el ayuntamiento asumir estas labores de gerencia. Hemos encargado un estudio y las medidas que tomemos dependerán de lo que allí se recoja.

-El traer la gestión de la sociedad a Zumaia y contar con trabajadores propios fue una de las apuestas de la pasada legislatura.

-Nuestra opinión era que la sociedad debía estas ubicada en Zumaia y no en Donostia, ya que se ocupaba de temas sobre Zumaia. En su momento se contrató un gerente y una trabajadora, para tener un nexo directo con el Ayuntamiento. Con la reducción de las actividades llegamos a la conclusión de que podíamos estrechar aún más la relación y que se podría llevar su gestión desde el mismo Ayuntamiento. La dimisión del gerente simplemente ha acelerado la decisión. Es una decisión con toda la lógica.

-Usted será el nuevo gerente.

-Como alcalde, soy el presidente de Zumaia Lantzen y se supone que me encargaré del trabajo que realizaba el gerente, siempre con el apoyo del departamento de Urbanismo, la Secretaría y la Inspección. Se trata de una mayor carga de trabajo, pero a fin de cuentas se trata de actividad normal de un Ayuntamiento, que antes se delegaba en una sociedad pública. La carga de trabajo que soportaba Zumaia Lan-tzen no era excesiva y lo que nos preguntamos era si se requería de una sociedad para llevar a cabo esta labor.

-Usted abandonó en su momento el equipo de gobierno por discrepancias en torno a un proyecto de Zumaia Lantzen: el convenio de Odieta. ¿No se tratará de un paso para desmantelar esta sociedad?

-Más que en contra de Zumaia Lantzen estábamos en contra de un modelo de gestión. Se creó una sociedad para gestionar los proyectos de una forma diferente. Esto puede tener sus aspectos positivos y negativos. Pero dependiendo de la gestión se podían acentuar los aspectos negativos. Es lo que decíamos nosotros y lo que ocurrió aquí, que un Ayuntamiento no cumplió con sus responsabilidades garantistas. En sí no estamos en contra de una sociedad instrumental. Puede hacer labores que no ha realizado hasta el momento, como la redacción de listas de interesados en el acceso a viviendas protegidas. Puede que nos venga bien tener la sociedad en hibernación para utilizarla en otro momento. Estamos en un proceso de decisión para el que hemos encargado informes jurídicos, económicos y administrativos. Tomaremos las decisiones basándonos en estos informes.

-El de Odieta ha sido uno de los últimos proyectos realizados por Zumaia Lantzen. ¿Se están vendiendo las viviendas?

-Las permutas ya se han realizado y de las 13 viviendas que se encontraban a la venta hemos vendido una a través de una inmobiliaria y existe la opción de venta de otras dos. También tenemos locales comerciales a la venta y una entidad bancaria ha mostrado su interés en ocupar uno de ellos.

-El Gobierno Vasco tenía previsto construir viviendas de alquiler social en Puntanueta. ¿Se mantiene el convenio?

-En efecto. Aunque el estado de las tierras no sea la mejor (parte hay que descontaminarla y también existe un humedal con el que las administraciones no se ponen de acuerdo), el mayor problema es que el Gobierno Vasco no tiene dinero para construirlas. Nos han dichos que una vez pase la crisis reemprenderán la construcción de este tipo de viviendas. Apostaron mucho por Zumaia; cuentan con ese activo y de por sí tendrían que impulsar el proyecto.

-La situación de Zumaia Lantzen afecta de lleno al Ayuntamiento.

-Por desgracia, es así. El Ayuntamiento estaría en buena situación si descontáramos a Zumaia Lan-tzen. Pero no es así, y le afecta de una forma global.

-Después del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, ¿tiene sentido mantener Zumaia Lantzen?

-Eso es lo que estamos estudiando. El haber entrado en el sector inmobiliario ha traído consigo que la crisis nos ha afectado de lleno. Hoy en día Zumaia Lantzen apenas tiene actividad y no se le ha adjudicado un solo proyecto desde la pasada legislatura. Desarrolla planes encargados en pasadas legislaturas y que queremos finalizar. Es más, afortunadamente hemos paralizado algunos proyectos (habla de la construcción del parking subterráneo en la plaza Eusebio Gurrutxaga). De otra manera seguramente ahora mismo tendríamos un enorme agujero a cielo abierto en la plaza y con las obras paralizadas.

«Mientras no se plasmen los ingresos por Torreaga no podremos encarar otros proyectos»

«De no haber paralizado las obras del parking ahora tendríamos un enorme agujero a cielo abierto y con la obras paralizadas»