SE BUSCA HIJOS Y HERMANOS ROBADOS TRAS EL PARTO
Ana Carlota (Zumaia) Quiere saber qué pasó con su hermana, nacida en 1963 en la residencia Arantzazu
«La verdad es que de este tema se había hablado siempre en casa. Mi padre, mi abuela y las hermanas de mi madre, sus amistades de entonces... Todo el mundo decía ya que ese bebé había sido robado. Mi madre era la única que se creyó lo que le dijeron los médicos»... Ana Carlota, vecina de Zumaia de 45 años, quiere saber la verdad de lo que ocurrió con su hermana, un bebé nacido hace 48 años en la residencia Arantzazu, que sus padres nunca llegaron a ver. La justicia investiga el caso.
La historia que cuenta Ana Carlota está llena de sombras. José y Juani, que ahora residen en Cáceres, vivían por entones en Zumarraga. Corría el mes de febrero del año 1963 y la pareja esperaba su primer hijo. Juani tenía 21 años. Pasados nueve meses, llegó el momento del parto. Aconsejada por una comadrona, acudió a la residencia Arantzazu.
«En cuanto llegó, le dijeron que estaba preparada para dar a luz, pero enseguida le contaron que el bebé venía mal, aunque sin especificar más. Fue extraño porque, hasta ese momento, el embarazo había ido perfecto», cuenta la hija. Lo peor estaba por llegar. «Al poco de llegar, mi madre fue sedada». Comenzó un «calvario» que todavía no ha olvidado ni ella, ni el resto de sus familiares. «La tuvieron del 27 de febrero al 2 de marzo, cuatro días, sedada en una habitación siempre sola y siempre a oscuras», asegura.
En esos cuatro días, al padre sólo le dejaron «entrar cinco minutos a verla y no todos los días». Le dijeron que estaba grave. «Al cuarto día de estar ingresada le provocaron el parto. A mi padre le dijeron que eligiera entre la madre y la niña», explica Ana Carlota, que tiene otros cuatro hermanos.
Tras el parto, Juani fue llevada a una «habitación normal». Al rato, José recibió la fatal noticia: el bebé había vivido poco tiempo y había muerto. Tras asimilar el golpe, el padre enseguida reclamó ver a su hija. «Le dijeron que no, que ya la habían enterrado. Y solo habían pasado horas». José insistió en llevarse el cuerpo a Zumarraga para enterrarlo, pero resultó imposible. «Al final dijeron que la habían enterrado en un cementerio privado que posee el hospital», dice la hija.
Aunque Juani no ha querido ver en este tiempo ninguna sospecha, en los últimos años su marido y sus hijos le han abierto los ojos y se han puesto a investigar lo ocurrido. «Mi madre ahora quiere ir a donde sea con tal de saber la verdad. Dice: 'Entré embarazada, salí sin criatura, sin haberla visto ni viva ni muerta, sin haber firmado absolutamente ninguna autorización de nada'».
«Informe fantasma»
En la investigación, la familia reclamó los informes al Hospital Donostia. «Recibimos cinco documentos. En los referentes a mi madre, aparece que no tuvo en ningún momento fiebre, que nunca tuvo pulso irregular, que los tonos fetales del bebé eran correctos y normales. Es decir, nada que hiciera sospechar que hubiera riesgo de muerte para ella ni para el niño».
Pero hay más. «Los dos informes del bebé son una absoluta desvergüenza. En los encabezamientos no aparece ni el nombre de mi padre, ni de mi madre, ni del bebé, ni nada... No lo firma nadie, ningún médico ni enfermera. En él se dice que un bebé está gravísimo y que le ponen un tratamiento tras nacer. No sé para qué, porque en las gráficas de mi madre pone que el bebé ha muerto en el parto. Es una contradicción». Existe otro informe del bebé en el que se indica que nació «tres años antes, en 1960. Es un informe fantasma porque no está firmado por nadie, ni sabemos a qué bebé pertenece».
La familia denunció los hechos, que están siendo investigados por la Ertzaintza, a instancias del Juzgado de Instrucción número 3 de Donostia, «en el que se están portando muy bien».
Quieren saber la verdad. La pequeña, de estar viva, ahora tendría 48 años. «Queremos encontrarla y que sepa que no fue abandonada, que le queremos. A mi padre le consuela pensar que, si fue robada y dada en adopción a una buena familia, habrá sido un niña criada con mucho cariño». Quieren justicia. «Que paguen quienes lo hicieron y que se repare a los afectados».
Cuanto sufrimiento habrá detrás de casa familia! No hay derecho de que le arrebaten un hijo a una madre!Vergonzoso!
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