domingo, 19 de febrero de 2017

MAQUINA DE SUBASTAS DE LA COFRADIA DE MOTRICO A ZUMAIA

Exterior de la Cofradía de San Telmo.

La última reliquia

Tras el incendio de la antigua cofradía de Mutriku a principios de este mes, la Cofradía San Telmo de Zumaia acoge el último escenario de subastas de pescado del País Vasco.
REPORTAJE Y FOTOGRAFÍA DE ANE ROTETA - Domingo, 19 de Febrero de 2017 - Actualizado a las 06:11h
El primer fin de semana de febrero el patrimonio marítimo del País Vasco sufrió una gran pérdida. Se incendió la vieja cofradía de Mutriku, y con ello uno de los dos escenarios de las subastas de pescado que quedaban hasta entonces. Ahora, tras el trágico suceso, solo queda en pie la máquina de Zumaia. Y la afortunada de acoger a tal joya histórica es la Cofradía de San Telmo. Un edificio de lo más emblemático, que se convierte en la única que guarda en su interior una máquina de subastas de pescado en nuestro entorno.
La sala de ventas de la cofradía, con la máquina de subastas en el centro.
   La sala de ventas de la cofradía, con la máquina
 de subastas en el centro.
Toda una reliquia que, sin duda, merece ser cuidada, protegida y, sobre todo, valorada. Y el Ayuntamiento de Zumaia es consciente de la gran joya que habita en la cofradía zumaiarra. “Los pueblos costeros tenemos nuestros orígenes en el mundo de la pesca. Por ello, este tipo de edificios, y más aún los documentos y antiguos utensilios y la maquinaria que guardan en su interior, tienen un valor sentimental incalculable, porque además de ser un referente de nuestra historia y de la forma de vida de nuestros antecesores, recogen la esencia de nuestros municipios”, señala Oier Korta, el primer edil del municipio zumaiarra. Asimismo, destaca que es un “edificio especial” para toda la ciudadanía. “Es un lugar que hace referencia a nuestro pasado y es lo que lo convierte en emblemático y en una parte fundamental de nuestro patrimonio”, añade el alcalde.
Por desgracia, no hay datos que certifiquen el origen y la fecha exacta de los primeros años de vida de la congregación pesquera. Acorde a varios documentos encontrados en el archivo municipal, la Cofradía de San Telmo consta en pie desde el año 1601, aunque tal y como se ha mencionado previamente, se desconoce la fecha exacta de su origen. Y así lo certifica también un libro de la asociación encontrado por NOTICIAS DE GIPUZKOA en el archivo municipal, que data del año 1787: “Libro de la Santa Cofradía del señor San Thelmo de la Noble y Leal Villagrana de Zumaia, eregida en la dicha villa sin que se pueda lograr en que tiempo se instituyó y fundó; no se sabe su principio y tiempo de la fundacion”. No obstante, aunque no haya datos exactos y tampoco se sabe quién inventó la máquina de subastas, la única que perdura en el tiempo se conserva en perfecto estado y se ofrecen visitas guiadas para conocer el funcionamiento de ella.
La máquina de subastas, que comenzó a utilizarse a principios del siglo XX, supuso un gran avance tecnológico en la época
Avance tecnológico
Violeta Bandrés es una de las guías de la empresa Begi Bistan y según explica, la máquina de subastas fue un sistema que comenzó a funcionar a principios del siglo XX. “Fue un gran avance tecnológico de la época que trajo consigo muchos beneficios, y sobre todo fue muy efectivo. Y es que en las subastas de antes los que tenían interés en algún lote de pescado alzaban la mano y eso traía muchos problemas a la hora de decidir a quién le correspondía. Pero con este nuevo sistema se acabaron los problemas”, explica Bandrés.
Pongámonos en situación. En cuanto llegaba el pescado del puerto, los interesados en comprar alguno de los lotes subían a la sala de ventas, a cada interesado se le asignaba un número del 1 al 15 -en la sala de Zumaia hay 15 asientos, pero en Mutriku había 30-, y se insertaban en la máquina tantas bolas cómo lotes se querían adquirir. Así, cuando al producto se le asignaba un precio, los que querían pujar por él pulsaban al botón ubicado en su asiento. De esta manera, gracias al funcionamiento de una palanca, de la máquina salía la bola de quien pulsara primero. “Aunque todos pulsaran en el mismo momento, siempre había un primero. Y así se solucionó el problema”, señala la guía. Todo un invento revolucionario que fue un éxito de la época y que se utilizó hasta mediados del siglo XX.
Según cuenta Bandrés, tanto para zumaiarras como para visitantes el sistema es asombroso, y antes de escuchar cómo funciona la máquina, muchos piensan que se encuentran ante una máquina de bingo o lotería. “A lo largo de la historia Zumaia ha destacado más por la construcción naval y por la industria que por la pesca, pero conservamos el único escenario de subastas aquí y es una parte muy importante de la historia de nuestra costa. No hay ninguna duda de que aquí tenemos una auténtica joya”, subraya.
Los que deseen conocer de cerca esta reliquia y conocer más sobre ella pueden realizar una visita guiada, poniéndose en contacto con la oficina de turismo (943 143 396) o con Begi Bistan (657 794 677

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