domingo, 23 de octubre de 2011

¡¡¡¡ PLAYA ABIERTA ,PLAYA PELIGROSA !!!!!

Sentido común y conocer el mar, reglas básicas para bañarse, o no, en La Zurriola. La desaparición de un joven holandés vuelve a alertar de la necesidad de extremar la precaución.
Han sido tres este año y esperemos que no sean más los muertos por ahogamiento en la playa donostiarra de La Zurriola. La desaparición de un joven holandés esta semana, tras un ciudadano polaco y otro angoleño ahogados en junio, ha despertado la sensación de que la playa de Gros es más peligrosa de lo que parece. Especialmente cuando no hay vigilancia de los socorristas de la Cruz Roja. Tras el verano, cada 30 de septiembre se desmontan las dos torretas de vigilancia y únicamente unos carteles, no todos ellos a la vista de quien baja a darse un chapuzón, avisan a los bañistas de la peligrosidad de meterse en el agua debido a las corrientes.
Lander Irazabalbeitia es un joven surfista de 29 años habitual de La Zurriola. Tanto, que dice con naturalidad que «cada temporada saco del agua a una docena de personas en peligro de ahogarse». Como experto en este arenal, considera que esta playa «es peligrosa, pero no más que otras del norte, por ejemplo. Si la conoces y sabes cómo funciona el mar, no es peligrosa. Si no la conoces y no sabes nada del oleaje ni de las mareas, sí lo es. Si vas a Asturias existe el mismo peligro».
El surfista explica que «las corrientes hacia dentro son constantes en las rocas de Monpás y en el espigón. En ambos hay un canal, porque el fondo es más profundo. En el centro, donde la cafetería, la corriente es más variable porque el fondo arenoso se mueve y hace que varíe la salida del agua hacia el interior. Por eso es mejor bañarse donde rompen las olas, porque son zonas con mucha arena y más segura. Pero quien no lo sabe se mete al mar donde no hay olas y es precisamente la zona más peligrosa».
El consejo que da Lander es observar cómo está el mar en general. Y añade: «Si no conoces esta playa es mejor no meterte al agua, sobre todo si ves oleaje y no hay vigilancia. Es como si yo ascendiese a un pico de 3.000 metros, con nieve, cuando nunca he ido al monte. Seguro que tengo un accidente». En cuento a mejorar la señalización fuera de la época estival, dice que «sin duda» lo haría, «teniendo en cuenta la cantidad de turistas que se meten en el agua cuando no hay socorristas y no la conocen. Pero no sé hasta qué punto compensaría».
Cuenta que su cuadrilla surfista está «acostumbrada a sacar gente del agua. Nos decimos: 'vete donde ese que se lo está llevando la corriente', antes de que él mismo pida ayuda. Otros nos gritan, o nos levantan la mano». Cuando llegan a donde el infortunado y asustado nadador «les tranquilizamos diciéndoles que los vamos a sacar. Se agarran a la tabla y no dan problemas, del susto que tienen. Hay veces en que están tan sobrecogidos y nerviosos que tenemos que darles una pequeña bofetada para que se tranquilicen y no nos hundamos los dos. En la arena ya se sientan y esperan a que se les quiten los nervios. Y nos dan las gracias».
«Mucha prudencia»
Nora Galparsoro, concejala delegada de Playas del Ayuntamiento donostiarra, muestra, de entrada, «nuestro pesar ante las tragedias que este año se han vivido en la playa de La Zurriola. En cualquier caso, queremos apelar en primer lugar a la responsabilidad y a la prudencia. Bañarse en la playa tiene sus riesgos y tenemos que ser conscientes de ello y más en lugares como La Zurriola que, a pesar de contar con un gran espigón, no deja de ser abierta».
Sobre la posibilidad de alargar durante octubre el periodo de vigilancia, desde el Consistorio consideran que la temporada «ya es lo bastante larga como para ampliar aún más este servicio. De hecho, hay gente que se baña todo el año, incluso en los días más fríos del invierno, pero el Ayuntamiento no puede gestionar los arenales como si todo el año fuera temporada de playas».
Cree que la actual señalización es suficiente. «Cuando finaliza la temporada de playas, se retira la señalización de verano y se coloca la de invierno. Consiste en la colocación de carteles en la entrada de la playa en euskera, castellano, inglés y francés, en los que se recuerda que es una playa no vigilada y que es peligroso meterse en el agua. Los carteles son de unos 50x60 centímetros. Los técnicos los consideran fácilmente visibles».
Abierta y peligrosa
Joan Freixa es el responsable del servicio de socorristas de Cruz Roja en las playas guipuzcoanas. Sobre la señalización, reflexiona diciendo que «en los accesos sí hay carteles de aviso de que está sin vigilancia. Yo lo primero que miro en otras playas es ver si es vigilada y el horario. Cuando no es temporada, me fijo mucho más. Quizá habría que reforzar la señalización de peligro con carteles y banderas rojas fijas todo el año».
Recuerda que el lunes las personas que trabajaban en las embarcaciones de Cruz Roja le dijeron que «hacía un mar horroroso pero la gente se estaba bañando. No es de sentido común hacerlo con esa mar. El lunes rescataron a dos mujeres en Zarautz. Al minuto siguiente sucede lo de La Zurriola y el martes lo de Zumaia (donde falleció un vecino de Azpeitia). En tres días, tres situaciones de peligro. Que haga sol no es sinónimo de buena mar. Y menos en octubre y sin vigilancia».
En cuanto a la posibilidad de alargar la vigilancia a octubre, lo ve posible pero ineficaz. «Este octubre ha hecho muy bueno. Pero si cogemos la estadística del Observatorio de Igeldo de los últimos veinte años nos da que entre septiembre y octubre ha hecho bueno diez días. Pero si el Ayuntamiento nos lo demandara, buscaríamos la formula de hacerlo». Freixa recuerda que La Zurriola «es peligrosa desde hace 25 años. Pero iba poca gente. Ahora tenemos 40 veces más playa y van cientos de personas».

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