A OTEZURI NO VUELVO

Quiero denunciar la situación vivida por mi madre en la residencia Otezuri de Zumaia durante el mes de agosto.

Mi madre es residente en Azpeitia y tuvo que venir a Zumaia por un mes, en régimen particular abonando 3.100 euros por ello. Ella está en plenas facultades mentales y lleva una sonda permanente en la uretra.

Es evidente la falta de una buena dirección y coordinación entre el personal de Otezuri, que hace que el servicio prestado deje muchísimo que desear.

Los hechos que relato son los sufridos por mi madre y otros residentes que no se han atrevido a denunciar. Ejemplo de ello son:

RESIDENCIA OTEZURI ZUMAIA

-Falta de horarios para levantarles a la mañana y por consiguiente demasiadas horas en la cama y retrasos en el desayuno. Me consta que ha habido olvidos con algún residente.

-Trato impersonal para con los residentes, sin coordinación entre el personal de relevo.

-Comidas escasas, sobre todo el desayuno, un simple café con leche y alguna tostada.

-Reparto de medicación sin ningún rigor, incluso olvidos.

-Aseo personal solo a la mañana, sin hacer caso a las necesidades o sugerencias de mi madre para aliviarle las molestias de la sonda.

-Ausencias largas en recepción y falta de simpatía hacia visitas.

Quiero manifestar que naturalmente no todo el personal auxiliar y administrativo es igual, solo que hay gente no muy válida para ese trabajo, que a mí entender debe ser vocacional, puesto que los internos de una residencia están allí por necesidad y un aspecto muy importante, que son personas.

Este escrito es una llamada de atención a quien corresponda para que tomen medidas y lo sufrido por mi madre y otros residentes no vuelva a ocurrir.

Ese trato recibido por mi madre le ha dejado un mal sabor de boca y le ha afectado mucho. Ella está en otra residencia y puede comparar la atención de los dos Centros. A Otezuri no volvería nunca más.
                                                                                         Olatz Astiazaran