Más de 1.200 guipuzcoanos están a la espera de acceder a un centro de día o a una residencia
EL TIEMPO MEDIO DE DEMORA ES DE 190 DÍAS, PERO EN LA ZONA DE BIDASOA ASCIENDE A CASI UN AÑO
DONOSTIA. Un total de 1.214 guipuzcoanos se encuentra a la espera de entrar en una residencia o en un centro de día, con un tiempo medio de demora de 191 días, según explicó ayer la directora foral de Atención a la Dependencia, Txelo Pérez, durante una visita a las obras del centro Betharram de Hondarribia, cuya apertura está prevista para abril de 2012.
Aunque la espera media en Gipuzkoa es de aproximadamente seis meses (los 191 días citados), la situación varía considerablemente según la comarca. De hecho, la visita de ayer tuvo como telón de fondo que las personas que quieren acceder a un centro residencial en Bidasoaldea deben esperar, de media, 354 días, es decir, casi un año, "frente a los 75 días (dos meses y medio) de Debagoiena", expuso la responsable foral. Otra de las zonas más castigadas por el tiempo que transcurre para los solicitantes de una plaza residencial es Donostialdea, donde tienen que esperar una media de 228 días (más de siete meses y medio). Tras ellas se sitúan los centros de las comarcas de Debabarrena, que cuentan con una espera media de 138 días, seguidos por los de Tolosaldea (125 días), Goierri (100 días) y Urola Kosta (94 días).
Entre los recursos asistenciales con los que cuenta la Diputación, el que acumula un mayor número de personas en espera es el compuesto por el grupo de centros residenciales de personas mayores. Incluye nada menos que al 65% de las personas que se encuentran a la espera de que se les asigne un centro en el territorio (en total son 843 guipuzcoanos los que han solicitado entrar en una residencia para mayores, 418 de ellos en la comarca de Donostialdea).
Le siguen los centros de día para personas mayores, que poseen una lista de espera formada por 205 personas; los centros residenciales para personas discapacitadas, con 50 solicitantes en la lista; y los centros residenciales para personas con trastorno mental, que cuentan con 67 personas en espera. En la cola, los equipamientos a los que es más fácil acceder cuando se pide una plaza, porque tienen menos personas en espera, son los centros de día tanto para personas discapacitadas (31) como para aquellas que padecen un trastorno mental (18) y precisan de una atención más especializada.
Por comarcas, más de la mitad (628 de un total de 1.214) de las personas que están esperando para entrar en una residencia o en un centro de día viven en la zona de Donostialdea; por el contrario, en Tolosaldea solo hay 41 guipuzcoanos en la lista de espera para acceder a este tipo de recursos asistenciales.
RECURSOS En total, el territorio cuenta, según los datos facilitados ayer por el Departamento de Política Social, con 64 centros residenciales cuya titularidad y gestión varía. La Diputación de Gipuzkoa, por ejemplo, dispone de nueve centros propios: uno en Eibar (Egogain), de gestión directa; otros cinco en Donostia, como Txara 1 y Txara 2 (Intxaurrondo), de gestión indirecta; y tres en Lazkao (Txindoki), Zumarraga (Argixao) y Zumaia (Otezuri) con concesión administrativa. En todos estos equipamientos hay disponibles 846 plazas concertadas (de un total de 959).
Además, hay 16 centros residenciales municipales con los que también existe una concertación con el Departamento de Política Social en Irun, Eibar, Elgoibar, Bergara, Arrasate, Oñati, Andoain, Hernani, Lasarte-Oria, Errenteria, Pasaia, Ordizia, Tolosa, Villabona, Azpeitia y Zumaia, con un total de 1.297 plazas concertadas (de un total de 1.328).
Respecto a los 39 centros de titularidad privada, la mayoría (22) están gestionados por entidades sin ánimo de lucro con las que existe un acuerdo por parte de la Diputación. En total suman 1.576 plazas concertadas (de un total de 1.687). De los restantes, que están dirigidos por entidades con ánimo de lucro, una docena cuenta con acuerdos que permiten ofertar 746 plazas concertadas de un total de 1.164, mientras que cinco centros, con un total de 140 plazas, no disponen de concertación.

Se mostró, asimismo, crítico con sus antecesores y planteó que el "modelo implantado por la Diputación durante años condiciona la situación actual del Departamento de Política Social que, a pesar de las dificultades económicas con las que se ha encontrado, en un plazo corto se plantea hacer frente al problema de las listas de espera mediante el incremento de la concertación".
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